Claves para el éxito estudiando batería

¿Es el talento lo más importante para ser un buen baterista? En este episodio deLa vida son dos palos, exploramos el verdadero secreto del éxito en la batería: la capacidad de convertir la motivación en hábitos sólidos. Hablamos de la diferencia entre motivación y disciplina, estrategias para integrar la batería en el día a día y consejos prácticos para mantener un progreso constante. Si quieres mejorar sin depender de la inspiración del momento, este episodio es para ti. La vida son dos palos es el espacio donde los amantes de la batería encuentran conocimiento, inspiración y herramientas para profesionalizar su pasión. Si quieres construir hábitos sólidos y ser mejor batería, visitawww.quientocaque.com y empieza hoy mismo.

EPISODIO DEL PODCAST

Miguel Ballester

2/19/20253 min read

El secreto real para mejorar tocando la batería (y no es el talento)

Hoy quiero compartir contigo algo importante.
De hecho, puede que sea lo más importante que he contado hasta ahora.

Vamos a hablar del éxito como batería, de ese momento en que sientes que avanzas, que tu estudio sirve para algo, que te estás convirtiendo en el músico que sueñas ser.

Pero no voy a hablarte de talento.

Ni siquiera de motivación.

Voy a hablarte de algo más simple y más poderoso: los hábitos.

🎭 El mito del talento

Desde que empecé a enseñar, cada semana alguien me pregunta lo mismo:

“¿Tú crees que yo tengo talento?”

Mi respuesta es casi siempre la misma. Sí, el talento ayuda. Claro que sí.
Hay gente que parece tener una conexión natural con la batería, que tiene facilidad, que arranca más arriba en la línea de salida.

Pero te voy a decir algo que creo profundamente:
el talento sin trabajo no sirve de mucho.

Hay una frase que dice:

"El trabajo duro vence al talento cuando el talento no trabaja duro."

Y cada día lo veo en mi escuela.
Estudiantes que quizá no tienen una habilidad natural destacada, pero que, con constancia, avanzan más que otros que sí la tienen pero que no estudian.

🥁 Una historia real: Steve Smith en Nueva York

Cuando viví en Nueva York, estudié durante unos meses en el Drummers Collective.

Me levantaba cada día a las seis y media de la mañana, pasaba por el Starbucks de la esquina, me compraba un chai latte, y entraba a la escuela a estudiar.

Y una mañana, nada más abrir la puerta a las 8:00, ahí estaba él: Steve Smith.

Sí, Steve Smith.
El mismo que había tocado con Journey, con Steps Ahead, con Bill Evans, con medio mundo.

Un batería de leyenda.

Y allí estaba, esperando que abrieran, como un alumno más, con sus baquetas y su mochila.

No fue casualidad.
Estuvo viniendo todos los días esa semana a estudiar.
Entraba temprano, pedía su aula… y se ponía a trabajar.

Un músico con más de 60 años, con toda una carrera a sus espaldas, y aún así ahí estaba, a primera hora, tocando como si tuviera todo por aprender.

Esa imagen me marcó.
Más que cualquier técnica, más que cualquier vídeo.

⚡ La motivación no es suficiente

También hay quien me dice:

“Miguel, esta semana he estado súper motivado. He estudiado un montón.”

Y claro, eso está bien.
Pero aquí viene la parte incómoda: la motivación es inestable.
Un día estás con toda la energía, y al siguiente no te apetece ni afinar el snare.

Por eso, apoyarse solo en la motivación es peligroso.
Es como construir una casa sobre una nube.

🔁 La clave: los hábitos

Los hábitos son otra historia.

Un hábito es algo que repites tantas veces, que termina siendo parte de ti.

No te preguntas si te apetece o no.
Lo haces.

Y ahí está la diferencia.

Tu progreso como batería no depende de que hoy estés motivado, ni de que hayas nacido con una varita mágica en cada mano.
Depende de si hoy, una vez más, haces lo que dijiste que ibas a hacer.

👩‍🎓 El caso de Marta

Una alumna mía, Marta, hizo algo tan simple que parece ridículo.

Se puso una alarma diaria a las 18:30.
Cuando sonaba, dejaba lo que estaba haciendo, se sentaba en su batería (que tenía en el comedor de casa), y estudiaba un rato.

No era un maratón.
A veces eran 15 minutos, a veces media hora.

Pero lo hacía cada día.

Y, como es lógico, cada semana tocaba mejor.
No porque un rayo cósmico la hubiera tocado en la frente, sino porque estaba construyendo una rutina.

Y eso es lo que cambia todo.

🛠️ ¿Cómo se construye un buen hábito?

No necesitas una libreta mágica ni un curso de productividad ninja.

Solo necesitas esto:

  1. Disparador: algo que inicie el estudio (una alarma, un café, poner la batería a la vista).

  2. Rutina: el estudio en sí. Tocar, practicar, equivocarte, volver a tocar.

  3. Recompensa: esa sensación de "hoy también lo hice", o simplemente ver que avanzas.

No es glamour.
Es repetición.

Y sí, cuesta al principio. Pero se vuelve natural.

🔇 Apaga el móvil. Estudia sin interrupciones.

Una cosa más: fuera distracciones.

Pon el teléfono en modo avión o apágalo directamente.
Nadie se va a morir por no recibir tu respuesta en 30 minutos.

Ese tiempo vale oro si lo usas bien.
Y si estudias de verdad, lo vas a notar.

🌪️ ¿Y cuando rompes el hábito?

Vacaciones. Navidades. Semana Santa.
Llega la vida real y de pronto… todo se desarma.

No pasa nada.

Lo bueno de crear un hábito una vez es que sabes volver a construirlo.

La clave no es no romperlo nunca, sino saber volver cuando lo pierdes.

🎓 Y si quieres ayuda…

En mi escuela Quien Toca Qué, ayudo a cada alumno a construir su propia rutina.

Cursos, ejercicios, directos en vivo, apoyo real.
Sin postureo.

Solo herramientas para que cada día seas un poco mejor.

Gracias por escuchar este episodio.
Déjame en los comentarios si te ha servido, si estás construyendo tus propios hábitos, o si el talento te da más guerra que alegrías.

Y recuerda:

🎧 Estudia, que la vida son dos palos.
Chao.