Del conservatorio al escenario
El desafío de ser músico en España Descripción: Terminar los estudios de música es solo el comienzo. En este episodio de La vida son dos palos, te hablo de la dura realidad a la que se enfrentan los músicos en España tras salir del conservatorio o la escuela de música. ¿Cómo es el mercado laboral? ¿Qué opciones hay? ¿Cuáles son los errores más comunes y cómo evitarlos? Analizamos estrategias para construir una carrera sostenible y convertir la pasión en una profesión viable. Sobre el podcast: La vida son dos palos es el espacio donde los amantes de la batería encuentran conocimiento, inspiración y herramientas para profesionalizar su pasión. Aprende más: Si quieres prepararte para la realidad laboral y desarrollar una carrera sostenible en la música, visita www.quientocaque.com y empieza hoy mismo. Masterclase de solos de batería: https://quientocaque.com/producto/master-clase-de-solos-de-bateria/
EPISODIO DEL PODCAST
Miguel Ballester
3/18/20254 min read
no sé si estás suscrito a la newsletter de la escuela, pero cada semana envío un par de correos con info bastante útil sobre el mundo de la batería. Son cosas que no aparecen en redes, ni en los cursos, ni en los podcasts. Cosas que me vienen a la cabeza y que creo que pueden ayudarte. Así que, si todavía no estás dentro, puedes apuntarte gratis en quientocaque.com. Te prometo que no mando spam. Solo baquetas virtuales.
Hoy vamos a hablar de un momento decisivo para muchos músicos: ese instante en el que terminas tus estudios, cierras la carpeta del último curso… y te das de bruces con el mundo real. Ese que no suele aparecer en los programas del conservatorio ni en los planes de estudio de las escuelas de música.
Y para que no parezca un discurso vacío, te voy a contar algunas anécdotas, propias y ajenas. Porque creo que es un tema del que se habla poco, y que es importante tener en cuenta si realmente te estás planteando vivir de la música.
Cuando uno estudia música, sobre todo en escuelas oficiales, parece que hay como una línea muy clara: estudias, apruebas, haces exámenes, haces prácticas... y después, mágicamente, trabajas como músico. ¿No?
Pues... no.
Hace unos años tuve un alumno, Eloy, que estaba estudiando clásico en el Liceu, aquí en Barcelona. Un crack. Disciplinado, talentoso, con ganas. Paralelamente, venía a clases conmigo para estudiar batería moderna. Un día, entre clase y clase, me cuenta —todo ilusionado— que cuando termine el grado superior, seguramente entrará a trabajar en una orquesta. “Un trabajo fijo, de los de toda la vida”, me dijo.
Yo le miré con esa mezcla de ternura y temor con la que uno mira a alguien que está a punto de pegarse contra la pared. Le conté cómo es realmente el mundo laboral en la música moderna. Y, bueno, la semana siguiente volvió más serio, como bajado de la nube. Había preguntado, investigado… y sí: para trabajar en una orquesta, primero tiene que quedar una plaza libre, y luego tiene que ser él el primero en la lista de candidatos. Y en muchas ocasiones, esa lista ni se mueve.
Al final, Eloy dejó los estudios. Cambió de sector. Y aunque fue una pena, porque era muy buen músico, también entendí que lo que él buscaba —una estabilidad laboral inmediata— no se lo iba a dar la música. O, al menos, no como él se lo había imaginado.
Y esto no es algo aislado. Hay quien acaba la carrera pensando que el talento es suficiente. Que por tocar bien, automáticamente te van a llover las oportunidades. Que vas a ser el elegido. Pero el mundo real no funciona así.
Porque por muy bien que toques, si nadie lo sabe… no sirve de mucho. Y si no tienes contactos, ni visibilidad, ni una mínima red alrededor, nadie te va a llamar.
Además, hay otros errores típicos. Como no diversificar tus ingresos —trabajar solo con un grupo, o en una sola escuela, o en un único proyecto— y cuando eso se cae, te quedas sin red. O no saber nada sobre facturación, contratos o temas legales, que es un clásico. Hay gente que sabe tocar en 17/8, pero no sabe hacer una factura sin liarla.
Y otro gran error: no construir una red de contactos desde el principio. Porque en esta profesión, más que en casi ninguna otra, lo que más influye no es qué sabes, sino quién sabe que lo sabes.
Ahora, si me preguntas dónde está la estabilidad… probablemente te diría que está en la docencia.
Dar clases puede darte un sueldo estable, y si tienes vocación, es muy gratificante. Pero si lo haces solo por dinero, puede ser una tortura. Porque enseñar es acompañar, tener paciencia, explicar 100 veces lo mismo con una sonrisa... y si no te gusta, se nota. Y se sufre. Y acabas quemado.
Yo, personalmente, amo enseñar. Me encanta ver a la gente progresar, me encanta ver a los que no estudian pero lo disfrutan como niños, y me encanta trabajar con quienes se lo toman en serio. Todos me aportan algo. Y me recuerdan que, aunque sea exigente, este trabajo también tiene mucho de humano.
Otro punto que me parece fundamental es crear tu propio proyecto.
Tener tu grupo, grabar tu música, montar tus propios bolos. Aunque luego trabajes como músico de sesión o vayas con artistas, haber vivido la parte de “montarlo todo tú” te hace valorar muchísimo más lo que hay detrás. No te conviertes en un músico que solo toca, sino en alguien que entiende el esfuerzo que hay detrás de cada bolo, cada grabación, cada promoción.
Y esto nos lleva a las estrategias para sobrevivir (y prosperar) como músico:
Marca personal. Tener una web, redes activas, moverte. Que la gente te vea, te escuche, te tenga en mente. Mira lo que hizo Vincent García o Jairo de Pedro. Gente que a través de las redes ha acabado tocando con artistas internacionales.
Formación continua. Hay quienes el último día de carrera cierran el cuaderno… y nunca más vuelven a estudiar. Y luego se extrañan de que su carrera se quede estancada. Estudiar no es solo para aprobar exámenes. Es lo que te permite seguir creciendo y adaptarte. Si no te gusta lo nuevo, vuelve a lo viejo. Pero no pares de aprender.
Especialización o versatilidad. Puedes convertirte en el batería de un estilo concreto, o puedes adaptarte a todo. Ambas cosas son válidas, pero tienes que decidir cuál va contigo.
Y sí, irte fuera también es una opción. Hay mucha gente que ha encontrado mejores oportunidades fuera de España. Yo mismo estuve en Nueva York durante 7 meses y fue una experiencia brutal. A nivel musical, pero también a nivel vital.
Para cerrar, te diría que la música, además de una pasión, es una profesión. Y hay que tratarla como tal.
Puedes querer vivir de ella, pero tienes que cuidarla, trabajarla y gestionarla como lo harías con cualquier empresa. Sin perder la emoción, claro. Pero sin dejar de tomar decisiones con la cabeza.
Y si quieres aprender conmigo, ya sabes que en quientocaque.com tienes una escuela de batería online donde trabajamos todos estos temas, además de técnica, independencia, lectura, estilos… Y esta semana en concreto estoy sacando una masterclass especial sobre solos de batería, grabada con multicámara y audio por pistas, en un seminario de jazz. Son 43 minutos de material muy útil que puedes conseguir esta semana a un precio especial.
Y si te apuntas a la newsletter, te llegará directamente el enlace para verla.
Nada más. Gracias por estar al otro lado.
Estudia, que la vida son dos palos.
Chao. 🥁
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